Los pasajeros de trenes se verán afectados por el mayor aumento de tarifas desde 2013, el mismo día en que la red de metro de Londres se detiene debido a la huelga en toda la ciudad.

A partir de mañana, las tarifas de los trenes en Inglaterra y Gales aumentarán una media del 3,8 %.

El aumento, establecido por el índice de precios minoristas (RPI) de julio pasado, es el aumento más pronunciado desde enero de 2013, según cifras del organismo de la industria Rail Delivery Group (RDG).

De esta manera aumentarán en cientos de libras los costos de viaje anuales de algunos viajeros y se apretarán los presupuestos familiares.

Los activistas han dicho que el aumento hará poco para alentar a las personas a volver al transporte público y a la oficina después de la pandemia. Por otro lado, el grupo Railfuture ha acusado al gobierno del Reino Unido de “avivar el fuego de la crisis del costo de vida” al permitir un aumento.

En Londres, las tarifas aumentarán una media del 4,8 %, un 1 % por encima del RPI (equivalente al IPC chileno), según lo acordado como condición del acuerdo de financiación de emergencia acordado entre el Gobierno y Transport for London.

Huelga de trenes en Londres

La situación se produce cuando los miembros de RMT realizarán la primera de dos huelgas de 24 horas esta semana en la red de metro de la capital, por preocupaciones sobre la pérdida de empleos, pensiones y condiciones laborales.

Transport for London (TfL) ha advertido que las huelgas afectarán los viajes durante los próximos tres o cuatro días y ha instado a las personas a trabajar desde casa siempre que sea posible, ya que es “muy probable” que no funcione el metro y que las estaciones estén cerradas.

Mientras tanto, el aumento del 3,8% en las tarifas ferroviarias significará que el costo de un boleto de temporada anual de Brighton a Londres, a través de cualquier ruta, aumentará £194 libras a £5,302.

Un boleto de temporada anual de Liverpool a Manchester aumentará a £2,865 y el mismo boleto entre Neath y Cardiff aumentará £70 a £1,922.

Los operadores controlaron aumentos en otras tarifas antes de la pandemia de coronavirus. Pero los gobiernos ahora tienen el control de todos los precios de los boletos después de gastar más de £ 15 mil millones para mantener los servicios en funcionamiento durante el brote del virus.

Las reacciones al alza de tarifas

Cuando se anunció el aumento de tarifas de Inglaterra en diciembre del año pasado, el ministro de ferrocarriles, Chris Heaton-Harris, describió el límite del 3,8% como un “equilibrio justo”.

Heaton-Harris dijo que significaba que el Gobierno podría “continuar invirtiendo cantidades récord en un ferrocarril más moderno y confiable, aliviar la carga de los contribuyentes y proteger a los pasajeros del RPI más alto en años”.

Paul Tuchy, director ejecutivo de Campaign for Better Transport, también criticó el salto diciendo que el aumento “no podría llegar en peor momento”.

El ejecutivo dijo que “las tarifas más altas y los trenes abarrotados como resultado de las reducciones de los servicios no son muy atractivos, y ponen en riesgo a las personas que trabajan desde casa o conducen al trabajo, lo que aumenta aún más la congestión y la contaminación del aire”.

Los operadores ferroviarios todavía están trabajando para restaurar todos los servicios cortados en diciembre y enero, en medio de una enorme escasez de personal debido a la variante de coronavirus Omicron.

La secretaria de transporte en la sombra del Partido Laborista, Louise Haigh, dijo: “Este brutal aumento de la tarifa será una pesadilla para millones de pasajeros. Las familias ya se enfrentan a aumentos de impuestos y facturas crecientes, y ahora se verán afectadas por otro aumento sorprendente en el costo del viaje”.

Un portavoz de RDG dijo: “La decisión del Gobierno de mantener las tarifas por debajo de la inflación actual es positiva”.

“Es importante que las tarifas se establezcan a un nivel que anime a más personas a viajar en tren en el futuro, lo que ayudará a respaldar una recuperación limpia y justa de la pandemia” agregó.